Los neonicotinoides se desarrollaron para buscar alternativas más seguras y eficaces a los hidrocarburos clorados, organofosfatos, carbamatos y piretroides.
Los neonicotinoides se diseñaron para ofrecer ventajas sobre los insecticidas existentes, entre ellas:
- Toxicidad selectiva para artrópodos sobre vertebrados.
- Alta persistencia.
- Actividad sistémica, la planta los va incorporando a la savia y a medida que se va desarrollando los distribuye por todo el organismo.
- Varios métodos de aplicación que reducen los riesgos de exposición del operador.
- Alta solubilidad en agua, lo que lleva a asumir una menor bioacumulación y un menor impacto en peces y otros vertebrados.
- Valiosos en la agricultura por su actividad de amplio espectro contra plagas de cultivos de gran importancia económica, desde cereales hasta frutos cítricos, y su versatilidad en cuanto a métodos de aplicación. El método más común de aplicación de los neonicotinoides es el recubrimiento de semillas, donde se aplica profilácticamente a las semillas y se transloca por la planta a medida que crece. Así se pueden proteger las plántulas por hasta diez semanas y también reducir la necesidad de rociar varios pesticidas más adelante.
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